Si bien estos Certificados SSL existen desde hace décadas, se debe principalmente a que desde 2016, Google anunció una iniciativa de seguridad en la que identificaría de manera más visible en su navegador Chrome a los sitios que no tuvieran este certificado instalado en su servidor como no seguros. Se muestra de la siguiente manera:
Ya sabemos que Google Chrome nos dice si el sitio que estamos visitando lo tiene instalado. Pero la principal función del certificado es hacer una conexión segura entre la computadora del visitante del sitio al hospedaje web o servidor donde está alojada la página.
Esto es realmente necesario porque, si no se cuenta con él, toda la información entre ambos puntos se manda como texto plano. Esto incluye la información que llenas en formularios con información personal, correos electrónicos, contraseñas y mucho más.
Sí, tus correos y contraseñas también. Tu ves que tu password aparece en puntos negros en tu pantalla, pero a través de internet viaja tal y como la escribiste, sin protección alguna.
¿Nunca has sentido que te comenzó a llegar spam desde que visitaste cierto sitio? No siempre tiene que ver con la página donde te registraste, tal vez este sitio es confiable. Sin embargo, el camino que recorre la información desde tu computadora o smartphone hasta el servidor del sitio está saturado de bots, cyberdelincuentes y muchas otras cosas que se la pasan monitoreando Internet y fácimente pueden captar tu información y leerla.
Con ello pueden hacer lo que quieran. Incluso suplantar tu identidad para cometer cualquier delito. Desde mandar spam, hasta hacerse pasar por ti para conseguir algún crédito o documento.
La manera de resolverlo, es cifrar la información entre la computadora del visitante del sitio y el servidor. Justamente esto es lo que hace el Certificado SSL. Así los cyberdelincuentes no podrán entender esta información aún si la tienen. Podemos ver cómo funciona en este video de uno de los certificados que distribuimos:
Si tienes un negocio web es imprescindible que cuentes con uno, ya que seguramente por lo menos tienes un formulario donde recabas la información de algún prospecto y es tu obligación y derecho proteger la información de tus clientes y visitantes. Ni se diga si tienes una tienda en línea.
Es una cuestión de reputación. Vas a estar tranquilo sabiendo que la información de tus clientes está protegida por un Certificado SSL y además tu empresa será mejor vista por ellos.
En el caso de México, de acuerdo a la Ley de Datos Personales, estamos obligados a tomar las medidas necesarias para mantener la información de nuestros clientes y visitantes de sitios web de manera segura, por lo que contar con un Certificado SSL es más que obligatorio.
Puedes identificar que un sitio es seguro en cualquier navegador porque antes del dominio comienza con https:// en vez del clásico http://. Esa “s” extra quiere decir que va por una carretera cifrada y segura.
Existen 3 tipos de Certificados SSL principalmente:
- Validación de Dominio: Suelen ser económicos y cumplen su función perfecto.
- Validación Extendida: Son más robustos y colocan el nombre de la empresa al lado del dominio (como en el caso del banco en la primera imagen).
- Wilcard: Permite la adición de subdominios en el mismo certificado y esta disponible en los 2 casos anteriores. Te permite ahorrar si manejas muchos subdominios.
Estos certificados son expedidos por Entidades Certificadoras Autorizadas (CA) que se encargan de proveer toda la infraestructura para que estos certificados sean válidos y no se puedan duplicar o piratear. Incluso ofrecen una garantía económica en caso de que hayas tenido un siniestro o hackeo maligno por algún problema del la Entidad Certificadora y va de los $1,000 a los $1,000,000 de USD dependiendo del tipo de certificado. Así que es como un seguro también.
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Como puedes ver hay muchas y poderosas razones para contar de inmediato con un Certificado SSL. Sabemos que es un tema largo, por lo que queremos recordarte que cuentas con el apoyo de nuestros asesores si necesitas saber más del tema, ya sea vía correo, mail o llamada telefónica. Nos agradará asesorarte.
